miércoles, 17 de junio de 2009

Acusamos a George W. Bush ex – presidente de los Estados Unidos de Norteamérica por Crímenes contra la Paz, Crimenes de Guerra y contra la Humanidad


Trabajo elaborado por los alumnos Paula Chávez, Eduardo Arancibia, Rodrigo Padilla y Leslie Vargas, bajo la tutela del Periodista y Comentarista internacional Carlos Alfonso Zárate, en la cátedra de Periodismo Internacional, en la Universidad Mayor, sede Temuco.


Buenas días señores del jurado, señores relatores, señores abogados de la defensoría, señores abogados de la fiscalía y público presente.

Nos encontramos presentes hoy día, para formular cargos en contra de George Walker. Bush, ex – presidente de los Estados Unidos de Norteamérica por Crímenes contra la Paz, Crímenes de Guerra, Crímenes contra la Humanidad, entre otros, los que han violado la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Leyes Internacionales, La carta de de las Naciones Unidas, la Constitución de los EE UU, El Estatuto de Roma,La Convención de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra y Los dictámenes de Nuremberg.

Esta acusación se basa en los siguientes delitos que se le imputan

1. Iniciar el 20 de marzo del 2003 la invasión y posterior guerra contra la soberanía de Irak y los derechos de su pueblo, provocando con ello la muerte de decenas de miles de personas y heridos iraquíes, en su mayoría inocentes, población civil . Todo ello producto de la violencia militar ejercida por los soldados del ejército de EE UU. Cabe señalar que según la sentencia de Nuremberg la guerra de agresión se define como "el mayor crimen internacional"

2. Permitir y apoyar el uso de una fuerza excesiva; estrategias denominadas "de choque y conmoción" todas ellas dirigidas contra civiles indefensos e instalaciones civiles; ataques y bombardeos indiscriminados como da cuenta el informe elaborado, el 26 de abril 2003 por el Grupo de brigadistas del Estado español contra la guerra y que señala textualmente “42 casos documentados de ataques contra población civil iraquí llevados a cabo por las fuerzas anglo-estadounidenses en el área metropolitana de Bagdad entre los días 20 de marzo y 5 de abril de 2003, mayoritariamente bombardeos aéreos o impactos de misiles, pero igualmente ataques terrestres ocurridos en la fase inicial de la ocupación de la ciudad.”

3. Consentir y ordenar el uso de armas ilegales, incluyendo bombas de enorme tamaño; bombas de dispersión; bombas enriquecidas con uranio empobrecido, misiles, granadas y proyectiles; y amenazar con el uso de armas nucleares.

4. Autorizar, ordenar, ocultar y consentir asesinatos, ejecuciones sumarias, homicidios, desapariciones, raptos y torturas, todo ello avalado bajo la nueva mirada de Alberto Gonzales, asesor de George W. Bush, quien dio una “nueva mirada a la convención de Ginebra” , al tratarla de como "obsoleta" y a justificar el uso de las torturas mediante vericuetos verbales en los que más tarde se escudarían los acusados de practicarlas en las cárceles de Abu Ghraib

5. Autorizar, financiar, utilizar y consentir el uso de violencia ilegal; el uso de la fuerza y de la tortura, realizados por ejércitos de civiles paramilitares muy bien remunerados que operan en el anonimato y no son responsables de sus actos frente a los supervisores norteamericanos, que matan, coaccionan, controlan y reprimen a la población iraquí, ejemplo de ello son los Blackwater firma de seguridad privada empleada durante la guerra de Iraq para proteger a los funcionarios, las instalaciones, entrenar al ejército iraquí y a la policía iraquí, así como proporcionar ayuda a las Fuerzas de la Coalición

6. Autorizar, ordenar y consentir la destrucción sistemática de los recursos económicos, sociales, culturales, médicos, educativos, gubernamentales y diplomáticos; y de instalaciones y bienes en todo Irak.

7. Desafiar e imposibilitar la capacidad de promover la paz y el papel de Naciones Unidas por medio de acciones unilaterales, con el fin de socavar su efectividad potencial, mientras se seguía coaccionando y utilizando a tal organismo para aplicar la política norteamericana en Irak y en el resto del mundo; y coaccionar y recabar al resto de las naciones para que apoyaran la política norteamericana y sus acciones, que violan las leyes internacionales del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en contra de Irak y otras naciones.

8. Socavar y disminuir las leyes internacionales y los tratados concebidos para prevenir y controlar la guerra, las armas de destrucción masiva e indiscriminada; llevar a cabo actos sistemáticos para obstruir la justicia por medio del debilitamiento y desactivación del Tribunal Criminal Internacional, así como manipular y desafiar a otros organismos reguladores y judiciales internacionales que pudieran considerar responsable a los EE UU según leyes internacionales y la voluntad de la mayoría de la población de la comunidad internacional,esto fue posible por la actuación de Alberto Gonzales, asesor de George W. Bush.

9. Destruir la soberanía, derecho a la autodeterminación, integridad cultural y control de los propios recursos de Irak y de sus gentes mediante la imposición de un gobierno provisional dirigido desde hace tiempo por la CIA, y manipular los procedimientos para imponer una nueva constitución y el establecimiento de un nuevo gobierno, elegido mediante procesos electorales controlados y sumisos a la voluntad y al mandato del gobierno norteamericano.

10. Debilitar sistemáticamente los derechos humanos fundamentales Iraq y que se sustentantan en la declaracion Universal de los Derechos Humanos y la Carta de los Derechos humanos de la Constitución de los EE UU en su propio territorio; el arresto de extranjeros solo por la simple sospecha, reteniéndolos, desplazándolos, torturando a muchos de ellos y negándoles cualquier acceso a los tribunales para determinar la legalidad de tales medidas, arrestos y trato y que violan los fundamentos de la Convención de Ginebra sobre prisioneros de Guerra.

11. Conceder ventajas económicas y comerciales a multinacionales privilegiadas para obtener enormes beneficios en los sectores económicos, tanto en la guerra como en la paz, empobreciendo a Irak y a los contribuyentes norteamericanos.

12. Utilizar, controlar, dirigir, manipular, desinformar y limitar, sistemáticamente, la cobertura de prensa y medios de comunicación; y presentar, deliberadamente, informes falsos y fraudulentos para obtener el apoyo de sus acciones políticas y militares; así como privar al pueblo norteamericano de los datos esenciales para formarse una opinión basada en el conocimiento, fundamental para los procesos y las elecciones democráticas.

Como conclusión todo lo anteriormente señalado y que da cuenta de la acusación presentada contra George W. Bush a raíz de la invasión a Iraq fue una violación que tuvo como propósito dominar, controlar y explotar a Irak por medio de la fuerza militar y de la coacción económica.

Además de la completa responsabilidad por los crímenes ya citados y la total reparación a sus víctimas, los delitos constituyen "enormes crímenes y delitos" según el artículo II, sección 4, de la Constitución de los Estados Unidos, y en consecuencia, se requiere la destitución de sus cargos de todos los funcionarios civiles de los EE UU que hayan participado y hayan sido acusados y considerados convictos.

Lo expuesto anteriormente se funda en la presentación realizada ante la COMISION DE DERECHOS HUMANOS de la ONU en la sesión 60º, del 15 de marzo al 23 de abril de 2004, por la Asociación Americana de Juristas.

INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL, ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, IMPUNIDAD.

Exposición presentada por escrito por la Asociación Americana de Juristas, organización no gubernamental reconocida como entidad consultiva especial y el Centro Europa Tercer Mundo, organización no gubernamental con estatuto consultivo general

El Secretario General ha recibido la siguiente exposición por escrito que se distribuye con arreglo a la resolución 1996/31 del Consejo Económico y Social.

El juzgamiento de los crímenes cometidos durante la agresión contra Irak: un test crucial para el Tribunal Penal Internacional.

I. LA AGRESION

La invasión a Irak constituyó un crimen de agresión y un crimen contra la paz.

El artículo 6 (a) del Estatuto del Tribunal de Nuremberg dice: "los crímenes contra la Paz: es decir, la dirección, la preparación, el desencadenamiento o la prosecución de una guerra de agresión…o la participación en un plan concertado o en un complot para la realización de algunos de los actos mencionados precedentemente". Y la sentencia del Tribunal de Nuremberg de 30 de setiembre de 1946 dice: "Desencadenar una guerra de agresión no es solamente un crimen internacional: es el crimen internacional supremo y sólo difiere de los otros crímenes de guerra por el hecho de que los contiene todos".

El Estatuto y la sentencia de Nuremberg son derecho vigente de conformidad con la Resolución 95 (I) de la Asamblea General de la ONU de 11 de diciembre de 1946, que confirmó los principios de derecho internacional reconocidos en ambos documentos y así lo ratificó la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad de 1968 [art. 1 (a)].

El crimen de agresión figura en el artículo 5 del Estatuto de la Corte Penal Internacional aprobado en Roma, pero, a los efectos de la competencia de la Corte sobre ese crimen, el inciso 2 del mismo artículo deja su vigencia pendiente de una futura definición de la agresión y de condiciones de su aplicación a establecer, aunque la Asamblea General de la ONU definió por consenso la agresión en 1974 [Resolución 3314 (XXIX)].

Es decir que el TPI, pese a los antecedentes que constituyen derecho vigente y que se remontan al Estatuto de Nuremberg, no tiene actualmente competencia para juzgar el crimen de agresión, “crimen internacional supremo”, como se dijo en la sentencia de Nuremberg.

II. El argumento principal para justificar la agresión fue que Irak poseía armas de destrucción masiva que constituían una amenaza para la humanidad, lo que exigía desencadenar sin dilación alguna una “guerra preventiva”. Se ha probado definitivamente la falsedad de tal afirmación, esgrimida con total desparpajo ante el Consejo de Seguridad, ante los parlamentos de los Estados agresores y ante la opinión pública internacional.

Como refuerzo, los promotores de la agresión invocaron un hecho real que habían preferido ignorar durante años en aras de los buenos negocios: que el régimen de Saddam Hussein violaba sistemáticamente los derechos humanos.

Pero la violación de los derechos humanos en un país no legitima una guerra de agresión, como ha dicho la Corte Internacional de Justicia.

"El pretendido derecho de intervención sólo puede considerarse como la manifestación de una política de fuerza, política que, en el pasado, ha dado lugar a los más graves abusos y que no puede, cualesquiera sean las deficiencias actuales de la organización internacional, tener lugar alguno en el derecho internacional. La intervención es aún más inaceptable en la forma en que se la presenta en este caso, ya que, reservada a los Estados más fuertes, podría fácilmente conducir a falsear la propia administración de la justicia internacional." (C.I.J. : Corfu Channel, 1949, fondo, pág. 35).

II. Pero el Tribunal Penal Internacional tiene, sin duda alguna, competencia para investigar y juzgar los crímenes de guerra cometidos durante la agresión a Irak.

En el curso de la agresión contra Irak se han cometido diversos crímenes de guerra sancionados por el derecho internacional humanitario (Convenios de La Haya de 1889 y 1907, el Reglamento anexo a este último sobre leyes y costumbres de la guerra terrestre (R.G.T.), los Convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos facultativos I y II de 1977, etc.)y contemplados en el Estatuto del TPI

1. Ataques a la población civil

Los ataques a la población civil congregada en mercados o en sus viviendas en medio rural o urbano no fueron errores. Tampoco fueron errores los asesinatos de civiles cometidos en las carreteras con el falso pretexto de que no obedecieron a la orden de detenerse. Fueron ataques deliberados cometidos en aplicación de la doctrina militar de los Estados Unidos, que los perpetra con el fin de paralizar por el terror a la población o inducirla a rebelarse contra las autoridades de su país, como un medio de poner fin a los sufrimientos que le provoca la guerra.

Estos hechos constituyen una violación de la "Regla fundamental" del artículo 48 del Protocolo I de 1977: hacer siempre la distinción entre población civil y combatientes y entre los bienes de carácter civil y los objetivos militares y dirigir las operaciones solamente contra objetivos militares.

2. Utilización de armas prohibidas.

En dichos ataques se han utilizado bombas de fragmentación o "cluster bombs", cuyo efecto es particularmente mortífero sobre concentraciones de personas. El representante de la Cruz Roja en Irak ha podido verificar dichos efectos al ver los cadáveres destrozados por la metralla. También se utilizan bombas de alta penetración, con puntas de una aleación de acero con uranio empobrecido.

El empleo de bombas de racimo (cluster bombs), destinadas a destruir objetivos "blandos" (es decir provocar la muerte de manera indiscriminada de la mayor cantidad posible de personas), de proyectiles con uranio empobrecido (que provocan daños extendidos y duraderos) violan las disposiciones del artículo 35, inc. 2 del Protocolo I: prohibición de emplear proyectiles, materias o métodos de guerra que produzcan males superfluos, del artículo 36: armas nuevas que están o podrían estar prohibidas por el Protocolo u otra norma de derecho internacional (las pequeñas bombas que están en el interior de las bombas de racimo que quedan en el suelo sin explotar actúan como minas antipersonal, prohibidas por la Convención de Ottawa de 1997, vigente desde el 1 de marzo de 1999).

En cuanto al empleo de bombas con una aleación que contiene uranio empobrecido existen múltiples estudios y la experiencia de la primera guerra del Golfo que afirman que la explosión de tales bombas provocan graves daños a largo plazo en el medio ambiente y en el ser humano. Aun admitiendo la controversia sobre tales efectos, son aplicables los artículos 35 (3) y 55 (1) del Protocolo I: métodos o medios de guerra que causan o se puede esperar que causen daños extensos, duraderos y graves al medio ambiente natural.

3. Bombardeos masivos y prolongados.

El bombardeo masivo sufrido por Bagdad durante varias semanas sin interrupción constituye un crimen de guerra, de conformidad con lo establecido en el artículo 51 del Protocolo I, particularmente su inciso 5 (los bombardeos que traten como un objetivo militar único cierto número de objetivos militares espaciados y diferentes situados en una ciudad).

4. Destrucción de las infraestructuras civiles.

La destrucción de las instalaciones de agua potable en Bassora y del suministro de electricidad y de agua potable en Bagdad y de otras infraestructuras civiles son crímenes de guerra.

El ataque realizado deliberadamente a la infraestructura civil y particularmente a centrales eléctricas y a las fuentes y conductos de agua potable son violatorios del artículo 54, inc. 2 del Protocolo I: prohibición de poner fuera de uso bienes indispensables a la supervivencia de la población civil.

5. Ataques a los medios de comunicación y asesinato de periodistas.

Los ataques a los medios de difusión (emisoras de televisión, etc.) constituyen crímenes de guerra. Primero quedaron inexplicadas la muerte y la desaparición de varios periodistas en zonas controladas por las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Pero el 8 de abril se hizo evidente en Bagdad que las tropas estadounidenses asesinaban deliberadamente a periodistas, cuando cañonearon sin razón aparente alguna el Hotel Palestina, donde se alojaban la mayoría de los periodistas, que filmaron y pueden atestiguar cómo se produjeron los hechos. Como resultado del ataque murieron dos periodistas y varios resultaron heridos. La misma mañana bombardearon la sede en Bagdad de la TV de Qatar Al Jazira: un periodista muerto.

Estas son violaciones intencionales al art. 79 del Protocolo I de los Convenios de Ginebra (Medidas de protección de los periodistas).

6. La asistencia a las víctimas.

Los invasores utilizaron como arma de guerra la privación de agua y alimentos a la población, impidiendo primero y demorando después el paso de los suministros proporcionados por las organizaciones internacionales. Y también la utilizaron como arma de propaganda, pues ante las cámaras de televisión se exhibieron proveyendo ellos mismos agua y alimentos a algunos pobladores. Impedir o demorar el libre tránsito de organizaciones internacionales neutrales, con suministros esenciales para la población civil (agua, alimentos, medicamentos, equipos y personal sanitario, etc.), mientras los mismos invasores se exhiben haciendo la labor "humanitaria", constituyen violaciones al Primer Convenio de Ginebra (art. 10 y otros) , al Cuarto Convenio (arts. 23 y 61) y al Protocolo I (arts. 17 y otros).

8. Destrucción y saqueo del patrimonio cultural

Además de las destrucciones causadas durante los bombardeos, posteriormente las tropas de ocupación asistieron impasibles al saqueo y destrucción de objetos representativos de una cultura varias veces milenaria (Convención de La Haya del 14 de mayo de 1954 sobre la protección de bienes culturales y artículo 53 del Protocolo I de 1977).

IV. LAS RESPONSABILIDADES.

Son autores de la agresión y de los crímenes de guerra descritos quienes dieron las órdenes y quienes las ejecutaron, a lo largo de toda la cadena de mandos.

V.HA LLEGADO EL MOMENTO DE LA VERDAD PARA EL TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL.

Un grupo de juristas internacionales basado en Gran Bretaña ha denunciado hace poco los hechos al Fiscal del Tribunal Penal Internacional.

El Gobierno de los Estados Unidos ha establecido una triple barrera para asegurar la inmunidad e impunidad de sus funcionarios y militares: 1) no ha suscripto el Tratado de Roma creando el TPI; 2) dispone del derecho de veto para paralizar cualquier intento del Consejo de Seguridad de ordenar al Fiscal del TPI que inicie una investigación sobre los crímenes de guerra cometidos en Irak por nacionales de los Estados Unidos; 3) hizo votar en el Consejo de Seguridad la Resolución 1422, renovada mediante la Resolución 1487 (manifiestamente contrarias al derecho internacional) por las cuales el Consejo ordenó por un año renovable a la Corte Penal Internacional que se abstenga de investigar sobre acusaciones contra ciudadanos de Estados que no son parte en el Tratado de Roma, en misión autorizada por la ONU, que no es el caso de la agresión a Irak.

Pero no hay obstáculo jurídico – o pretendidamente jurídico- alguno para que el Fiscal del TPI inicie una investigación de los hechos y promueva la acción contra los responsables de los otros Estados agresores.

A continuación y fundamentando la acusación dejo con ustedes al Fiscal Eduardo Arancibia, quien dará cuenta de los falsos argumentos esgrimidos por George W.Bush para justificar la Invasión a Iraq

Señores del jurado, tal como lo estableció mi colega Chávez, estamos reunidos hoy aquí para enjuiciar a George Walker Bush, ex presidente de los Estados Unidos, por Crímenes de Guerra, de Paz y contra la Humanidad.

Las razones de este cargo ya fueron ampliamente explicadas, por lo que no ahondaré más en el tema, sino que pasare a un punto esencial en esta invasión, las razones que tuvo Bush para invadir la nación iraquí.

Probablemente durante este juicio los señores de la defensa intentarán convencerlos de la necesidad de un pronunciamiento por parte de EE.UU para invadir Irak, lo más seguro es que mencionen términos como armas de destrucción masiva o alianzas de Saddam Hussein con Al Qaeda y las responsabilidades del atentado del 11 de septiembre, razón que ameritaría el ataque al ser considerados una amenaza terrorista que pone en jaque a la seguridad del mundo entero, sin dejar de lado la noble misión del país norteamericano de liberar al pueblo iraquí de la opresión de Hussein, pero ¿son esas acaso las verdaderas razones tras la invasión?

Hoy, 6 años después de la ocupación se ha comprobado que dichas armas biológicas y de destrucción masiva nunca existieron, al menos no desde que se ordenara su destrucción durante la guerra del golfo años antes.
Y así lo declaró Hans Blix, ex jefe de inspectores de armas de la ONU, quien incluso aseguro que EEUU habría falsificado las pruebas relacionadas a la presencia de armamento biológico en la región.

Lo mismo ocurre con los vínculos con Al-Qaeda, nunca se encontraron pruebas que confirmaran una alianza entre Irak y la célula terrorista.

¿Cúales son entonces las verdaderas razones que pudo tener Bush junior para invadir Irak?

La primera el petróleo, pieza fundamental en la economía mundial y recurso natural abundante en Irak, al cual las petroleras norteamericanas no podían acceder a causa de las restricciones impuestas luego del conflicto del golfo.
Es así como los grandes magnates petroleros pudieron haber influido en el gobierno de Bush para realizar la invasión y tomar control sobre los yacimientos.

La segunda razón dice cuenta con el negocio que es la guerra en si. El que Estados Unidos esté en guerra con alguna nación del orbe siempre significará un aumento en el capital de alguien vinculado al comercio de las armas, ya sea legalmente o de manera clandestina, Estados Unidos siempre se beneficiara y eso no es algo nuevo, se sabe desde siempre, sino basta con recordar la primera medida que tomó Johnson luego de asumir el gobierno tras el asesinato de Kennedy, pero bueno, eso es otra historia.

Volviendo a los costos de la guerra, esta invasión a Irak trae un nuevo participante a la ecuación, las empresas privadas de defensa, concretamente Blackwater. Es esta empresa, compuesta por antiguos soldados norteamericanos, la que está a cargo de la seguridad de la embajada norteamericana en irak y cuentan con total inmunidad para su accionar en la región. Cabe destacar que cada uno de estos soldados gana 1200 dólares diarios, o sea, nueve veces más que un sargento norteamericano.

La presencia de Blackwater y otras empresas similares en la región, permite a USA realizar acciones militares que normalmente no podría llevar a cabo con su ejército, esto debido a las explicaciones que tendría que dar.

Como tercer punto está el que dice mención con continuar el legado de su padre.

George Bush sr fue el responsable de la guerra del golfo, cuando Irak invadió Kuwait, tarea que trajo buenos dividendos para el gobierno norteamericano, tanto económicamente como en la opinion mundial ya que ésta no era muy favorable en cuanto a la gestion de Bush padre, esta pudo ser una de las razones motivantes.

Y el cuarto punto es el más antiguo de todos, las ansias de poder.

El gobierno de Bush hijo, intentó dominar Irak, colonizarlo, para así ganar un control estratégico en la zona, sin dejar de lado la demostración de fuerza y poder de la superpotencia estado unidense, capaz de tomar rápidamente un pais como Irak.

Ésto quedo manifiesto con el pacto de alianza estratégica que pretendía dejar firmado Bush antes de abandonar el gobierno y que permitía la instalacion de bases militares de manera indefinida en suelo iraqui, con la total inmunidad de su personal.

Este fue el último intento por vencer en esta invasión, que tuvo Bush, demostrando que su política en relacion a Irak nunca fue la de “salvar al mundo”, ni siquiera de liberar a dicho país de un tirano, sino simplemente el egoísmo de la nación norteamericana de la cual el era el líder, controlar el petróleo, situar dominio en la región, demostrar poderío y lucrar económicamente, son los verdaderos motivos para la ocupacion de Irak, cualquier otra razon que esta mañana escuchen, simplemete no tiene fundamento y debe ser desechada.

A continuación dejo con ustedes a Rodrigo Padilla, quien nos hablara de las consecuencias que tuvo esta injustificada invasión en la población civil.

Como segundo apartado de nuestra acusación, queremos hacer énfasis en las atrocidades que se han producido tras la llegada de las fuerzas aliadas a Irak, sobre todo en cuanto los costos que ha debido pagar la sociedad iraquí; pérdidas irreparables en cuanto a viviendas y vidas humanas.

Según un informe presentado por el Oxford Research Group, y la Irak Body Count, los números son más que preocupantes: muertes civiles -civilian casualties- cercanas a las 30 mil personas, cada una de ellas ajena al conflicto militar en sí, que pagaron con su vida por simplemente, vivir en alguna de las localidades que fueron bombardeadas por los Estados Unidos de George Bush. La misma Body Count afirma que desde 2003 a 2009, las muertes por violencia varían entre las 92,361 – 100,836, eso sí, por cualquier tipo de violencia.

Uno de los tristes íconos del devastador poder replegado por las fuerzas norteamericanas es Faluya, en la provincia de Anbar, una de las ciudades que más resistencia opuso a su ocupación, es además aquella que más destruida ha quedado producto de los ataques. 36.000 de las 50.000 viviendas de la ciudad destruidas o seriamente dañadas; 65 escuelas y 60 mezquitas. De sus 300 mil habitantes, cerca de 700 según cifras oficiales perdieron la vida –principalmente mujeres y niños-, otras, principalmente medios ciudadanos y de periodistas independientes, suben la cifra por sobre los miles.

Incluso después de 9 días de ataque a la ciudad, los bombardeos aéreos por parte de Estados Unidos continuaron, muchas veces sin blancos estratégicos fijos, sino que cayendo sobre blancos civiles, eso sí, justificados con un “humano error de cálculo”, que además de los muertos, dejó miles de heridos y ciudadanos con el temor a salir de sus casas y ser atacados, o bien, a que atemorizados al refugiarse en sus hogares, fueran bombardeados.

Al término de los grandes conflictos en Feluya, sumado a los muertos y heridos, se encontraba el problema de todos los habitantes que peregrinaron hacia el refugio de la Media Luna Roja. Miles de iraquíes que dejaron sus hogares devastados, familias devastadas, para buscar refugio y curación –física, sicológica y moral- en esta organización.

"Las condiciones aquí son espantosas; una ambulancia ha sido bombardeada, tres casas han resultado destruidas y varios hombres y mujeres han fallecido", eran las palabras de Safari Hayad al Esawi, director del hospital de la ciudad, “El Ejército norteamericano no tiene moral alguna"., declaraba luego del ataque al medio británico The Independent.

Prueba de ello es una de las principales masacres civiles que se tengan presente del conflicto, cuando un grupo de estudiantes se manifestó para pedir a las tropas estadounidenses que habían establecido un puesto de mando en su escuela que se fueran de ella. La respuesta yankee: paracaidistas de la 82 unidad aerotransportada dispararon contra los manifestantes desarmados y mataron a 17 e hirieron a otros 70.

La destrucción de la ciudad era peor que la que podía dejar una catástrofe natural: las casas reducidas a escombros, hospitales que no daban abasto para cubrir las necesidades de los heridos, tras el bombardeo del único generador de la ciudad, la oscuridad se apoderó de la localidad.

Todo el distrito central de Ramadi, la capital provincial de Anbar, sufrió una suerte similar. La mayor parte de la zona fue arrasada durante 2005 y 2006 en un intento de expulsar a las guerrillas anti-ocupación. Ciudades como Al Qaim, Hit y Haditha fueron devastadas por las principales ofensivas estadounidenses. Haditha será particularmente recordada como el escenario de una matanza indiscriminada de civiles iraquíes el 19 de noviembre 2005 en la que se acabó a tiros con la vida de 15 civiles que estaban en sus casas como mortífera represalia por una bomba a la orilla de la carretera que había matado a un marine estadounidense.

Sin embargo, los horrores sufridos en Irak tras la llegada de estos señores en busca de armas de destrucción masiva no sólo se remite a la población civil. También resulta importante recordar a los cerca de 14 periodistas que murieron durante la primera ola del ataque estadounidense, según la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras.

La mayoría de ellos, muertos en los bombardeos realizados a hoteles donde nuestros colegas se hospedaban para informar al mundo la situación. El caso más emblemático es el acontecido en el Hotel Palestina, donde según declaraciones norteamericanas, se abrió fuego con tanques en respuesta al significativo ataque por parte de francotiradores que, supuestamente, estaban en el lobby del hotel. Informaciones de otros medios darían cuenta que además, en el edificio estaban los estudios de la cadena Al Jaazera.

Los periodistas que sortearon el ataque aseguraron que no hubo tales disparos e incluso mostraron filmaciones para confirmar sus palabras y, lo peor, el ataque norteamericano se lanzó contra los pisos altos del inmueble, más que al lobby mismo.

“No hablamos ya del riesgo en el campo de batalla o de la posibilidad de morir en una explosión. Al menos 83 de ellos han sido asesinados, casi siempre en represalia por su labor”, decía Abi Wright, portavoz del Comité para la Protección de los Periodistas, en una entrevista acerca de los 127 periodistas muertos durante todos los años de este injustificado l conflicto.

Y finalmente la Fiscal Leslie Vargas fundamentará las atrocidades cometidas contra los seres humanos a quienes Estados Unidos denominó “Prisioneros de Guerra”

En la invasión a Irak comprendida desde el 20 de marzo de 2003 al 5 de abril del mismo año, militares norteamericanos tomaron a personas prisioneras, entendiéndose como “prisioneros de guerra”. Este concepto esta estipulado por la Convención de Ginebra de 1949, que trata sobre las personas que son capturadas por el bando contrario. A estos extranjeros detenidos se les desplazó y se les negó cualquier acceso a tribunales para determinar la legalidad de las medidas tomadas por los militares norteamericanos, situación que provocó una falta a la Constitución de los Estados Unidos y más aún, violación de los fundamentos de la Convención de Ginebra, que trata sobre el trato hacia los prisioneros de guerra; violación a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, al artículo N°8 del Estatuto de Roma, que dice relación sobre crímenes de guerra y por último, violación al Código de Nuremberg, basado en los crímenes de guerra.

De acuerdo al Convenio de Ginebra, entendemos por “prisioneros de guerra” a las “personas que caigan en poder del enemigo, bajo las siguientes características: que pertenezcan a las fuerzas armadas, que estén bajo el mando de algún subordinado, que lleven un signo distintivo fijo reconocible a distancia, que lleve armas a la vista, que sean civiles de tripulaciones de aviones militares, que sean corresponsales de guerra, proveedores, pilotos, cuerpos voluntarios o grumetes de marina mercante”.

En uno de los puntos más importantes de este documento oficial, establece que los“prisioneros de guerra” deben ser puestos en libertad y repatriados sin demora alguna cuando cese el conflicto, pero muchos de estos prisioneros fueron explotados por militares norteamericanos y no regresaron jamás a sus hogares cuando terminó el conflicto. Todo esto, gracias al ex presidente de los Estados Unidos, George Walkeer Bush, quien permitió que, además, trasladaran a los prisioneros a la cárcel de Abu Ghraib, lugar donde se cometieron crueles torturas y asesinatos en Irak por el personal de la Brigada 372 de la Policía Militar de los Estados Unidos, agentes de la CIA (Agencia Gubernamental de los Estados Unidos) y contratistas involucrados en la ocupación de Irak.

Todos estos abusos quedaron al descubierto cuando el programa “60 minutos” de la CBS (cadena estadounidense de radio y televisión) y un artículo de Seymur M. Hersh en la revista The New York Times destaparon estas crueles torturas.

En el informe que presentó ante el ex General de las fuerzas armadas estadounidenses, Antonio Taguba, sobre los horribles abusos a los detenidos de la cárcel de Abu Ghraib se citan algunos ejemplos de la forma en que los norteamericanos abusaron de prisioneros de guerra. Entre ellos, dar puñetazos y patear a los detenidos; saltar sobre sus pies desnudos, grabar en vídeo y fotografiar a prisioneros desnudos; forzarlos a desempeñar posiciones de acto sexual y fotografiarlos, desnudar a los detenidos a la fuerza y mantenerlos así durante varios días, forzar a hombres desnudos a usar ropa interior femenina, forzar a los detenidos a masturbarse para fotografiarlos y grabarlos, amontonar a los prisioneros desnudos y saltar sobre ellos, ponerlos de pie sobre cajones con una bozal sobre su cabeza y amarrar cables eléctricos a los dedos de los pies, manos y al pene para amenazar con tortura eléctrica, colocar un collar y correa de perro a un detenido desnudo mientras lo 'pasea' una mujer soldado, violar a una mujer detenida por un policía militar, sacar fotografías de prisioneros muertos en posición de celebración, romper luces químicas sobre los detenidos y echar líquido fosfórico sobre ellos, regar con agua fría a los detenidos desnudos, golpearlos con escobas y sillas, amenazar a los detenidos con una violación, permitir a guardias militares coser las heridas de un detenido herido, usar perros militares sin bozales para intimidar a los prisioneros. A los prisioneros musulmanes, los obligaban a rezar de pie y desnudos, humillándolos ante su religión, además, los dejaron por días con música muy fuerte del grupo metalero Metallica para que no durmieran, situación que atentaba contra su práctica religiosa, los obligaron realizar actos sexuales, degradando a su Dios, sólo por mencionar algunos.

The New York Times, publicó el 12 de enero de 2002 torturas que practicaron estadounidenses en Abu Ghraib. Entre ellas se destacaron: orinar a los prisioneros de guerra, saltar sobre sus piernas y pegarles con bastones metálicos.

En muchas instancias, los soldados norteamericanos fueron capaces de capturar por sospecha y disgusto a diversas personas, como por ejemplo, por su color de piel, por la religión que profesaban, por la forma en que se vestían, entre otros. El prisionero liberado Sa'd Hamed 'Ali relató que fue detenido tras haber sido disparado en la calle donde se había producido un fuego cruzado en el que estaban implicadas las fuerzas estadounidenses de ocupación. Pero Sa'd, que fue encarcelado durante cuatro meses y 10 días, no supo de qué se le acusaba, ni siquiera la razón de su detención. Afirmó: "me detuvieron sólo porque pensaron que era sospechoso, jamás me interrogaron".

Otro ejemplo de ello, es Hasan Ahmad Hamzah, quien fue sometido a un durísimo interrogatorio que duró cuatro días, durante los cuales fue golpeado y se le negó el agua y la comida. Manifestó: "¿Cargos contra mí?, ¿qué cargos? No sé por qué me detuvieron". Kamel, que fue detenido junto con cinco de sus hermanos cuando su casa fue saqueada, señaló: "Dijeron que me arrestaban bajo sospecha. Escribieron en un trozo de papel que yo era un sospechoso".

La tortura se define según la Convención contra la Tortura y Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como “todo acto por el cual se castigue intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras”. Sin embargo, esta provocación de intenso sufrimiento físico y mental fue utilizado por militares estadounidenses en la cárcel de Abu Ghraib, usando en interrogatorios máscaras, vendas, cuerdas, privando el sueño de los prisioneros, el hambre, la sed, la desnudez forzada, la exposición al frío y a la oscuridad, el aislamiento, mantener posturas forzadas, tratamiento humillante y otras prácticas y otras manipulaciones psicológicas, para romper la resistencia del prisionero.

Muhammad 'Atrus , un ex prisionero de guerra recuerda "Muchos de los prisioneros (en Abu Ghraib) murieron como mártires mientras los soldados estadounidenses abrían fuego contra ellos”.

En tanto, Ahmad Ghazi (22 años), manifestó que la primera parte de su detención había sido "muy dura". Relató: "me interrogaron durante cuatro días de forma constante, desde primeras horas de la mañana hasta la media noche, manteniéndome con las manos atadas y la cabeza en el suelo, querían que admitiera que yo les había atacado".

El 17 de julio de 2003, Basel, un ex oficial del ejército de la República de Iraq fue hecho prisionero explicó que él personalmente no fue torturado, pero aseguró que "trasladaron a iraquíes a la prisión en estados absolutamente lamentables. Por ejemplo, el jefe de personal del Segundo Cuerpo del ejército iraquí fue llevado tras uno de los interrogatorios con las costillas rotas a consecuencia de los golpes".

Dentro de lo establecido en el Convenio de Ginebra, se expone que a los prisioneros de guerra se les debe dar asistencia alimentaria, médica, religiosa y humana en general. Situación que no ocurrió en la cárcel Abu Ghraib.

¿De qué estamos hablando señores? Tenemos a un ex presidente de una súper potencia mundial a la cabeza de todo esto y no se ha hecho justicia. Hubo gente muriendo, hay gente con secuelas por martirios físicos y sicológicos de estas crueles torturas y ¿aun no se ha hecho nada?

Claro, tras de todo esto está el intachable hombre poderoso, ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.

Recordemos que para hablar de prisioneros de guerra debe haber un “estado de guerra”. Este concepto definido por la Real Academia Española es “el de una población en tiempo de guerra, cuando la autoridad civil delega sus funciones en la autoridad militar”.

Bajo este contexto, los prisioneros de guerra son simples víctimas de conflictos, son personas indefensas que están limitadas a su libertad. Se debe exigir protección hacia ellos. Esto está ratificado por la Convención de Ginebra de 1949 y por la Declaración de los Derechos Humanos. En el año 2007, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visitó a 518 mil prisioneros de guerra y detenido.

Hay que terminar de una vez por todas con los abusos hacia estas personas indefensas. ¡Son seres humanos Son víctimas!



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